martes, 19 de diciembre de 2017

Darwinismo en la historia

Considerar que las teorías de la evolución y selección natural se limitaron solo a aplicarse en un campo biológico es erróneo.
El darwinismo es la teoría evolucionista de Charles Darwin que defiende la evolución de un ser a través de la lucha de la existencia. Afirma que en cada generación hay una variabilidad de rasgos y características, algunas de ellas favorables, y son los seres que las poseen los que sobreviven y se reproducen, que a su vez, traspasan estos rasgos (que son hereditarios) a sus hijos. Tras publicar esta teoría en su libro El Origen de las Especies en 1895 muchos grupos cristianos e islámicos le criticaron y algunas revistas o periódicos publicaron caricaturas de Darwin con cuerpo de mono.


En pleno auge de esta teoría y tras las polémicas que causó, surgió un movimiento racista, llamada darwinismo social, defendiendo que el concepto de la selección natural puede ser usado para el contexto de la sociedad humana, insistiendo en la competición (étnica,nacional, de clase, etc.) por recursos naturales o diversos puestos sociales. Inicialmente teoría fue planteada por Herbert Spencer un filósofo naturalista inglés del siglo XIX, posteriormente se utilizó en un ámbito político y obtuvo una gran aceptación en los círculos académicos, pero sobretodo tuvo una gran repercusión en los países imperialistas de finales del XIX y principios del XX. Los darwinistas sociales, se consideraban "actores" que aplicaban las bases biológicas a la sociedad. 

Entre las teorías que se oponían al darwinismo estaba el creacionismo, que postulaba que los seres vivos fueron creados por un ser superior y no son fruto de la evolución. Esta doctrina es denominada por la comunidad científica una pseudociencia, ya que no tiene ninguna base científica. El creacionismo es apoyado por la comunidad cristiana ya que la teoría del evolucionismo es incompatible con el relato de la creación en la Biblia. 
Los amigos más cercanos a Darwin (Gray, Hooker, Huxley y Lyell) le ofrecieron su apoyo (aunque con ciertas reservas) al igual que otros muchos naturalistas, especialmente los más jóvenes. Gray y Lyell buscaron una alternativa de la evolución con la fe (como puede ser la evolución teísta, que consiste en la aceptación de unos mecanismos evolutivos naturales (selección natural) que son los elegidos por un ente divino para que se produzca la evolución de las especies. Mientras que Huxley planteó un enfrentamiento radical entre religión y ciencia, luchando contra la autoridad del clero en la educación y el control de la ciencia por parte de los clérigos y los aristócratas. Huxley también conocido como el Bulldog de Darwin por su gran defensa a la teoría de la evolución, tuvo un famoso debate en 1860 con el obispo de Oxford en el que afirmó que prefería descender de un simio antes que de un obtuso como él. Este debate fue un momento clave para la aceptación de la evolución. Aún hoy en pleno siglo XXI sigue habiendo debates entre el evolucionismo y el creacionismo.
La aceptación de la teoría de la selección natural en otros círculos tomó mucho más tiempo. A pesar del reconocimiento de la evolución por diversos académicos, gran parte de la comunidad científica se resistió a aceptarla porque era un mecanismo de cambio no teleológico; y muchos continuaron defendiendo teorías alternativas como el lamarquismo, teoría evolucionista que sugería que los cambios en el individuo se adquieren durante su vida, por su uso o desuso, en dependencia de las necesidades para su propio desarrollo, y que esos cambios eran heredados por su descendencia; la ortogénesis; hipótesis biológica según la cual la vida tiene una tendencia innata a evolucionar de un modo unilineal debido a alguna "fuerza directriz"; o diversas formas de vitalismo.